DE NUESTRA ESCLAVITUD.




La mayor parte de los hombres ven a la esclavitud como un fenómeno social pasado, y no presente, lo contemplan como un suceso espantoso y catastrófico de la humanidad, sin caer  en la catástrofe, ni en lo penosas en las que se han convertido sus vidas, ven a la esclavitud, como un fenómeno lejano, ya erradicado, o que por lo menos, que no atañe al hombre contemporáneo, ni a los países desarrollados o sociedades modernas. Yo sin embargo, quizás celoso de mi libertad, o desdichado por la falta de esta, veo al hombre moderno más esclavo que nunca, y observo, que es en las sociedades actuales, y creo que no me equivoco, pues puedo observar como es en estas sociedades donde se guarda la mayor relación de esclavitud jamás contemplada por ninguna civilización.

Las ideas vagas de los hombres acerca de lo que sugiere la palabra esclavitud, se debe a  un conjunto de causas, tales, como una falta de conocimiento acerca del origen de dicho término y a las distintas formas, en las que esta se ha manifestado en los  tiempos y en las diferentes civilizaciones. De ahí, que el hombre vea al esclavo, como a un ser torturado, cosificado, al cual se le puede hacer cualquier tipo de calamidades, pues creen, que ser amo de alguien, es  tener completo derecho sobre este. Ven al esclavo, como una mera mercancía, como un hombre con esposas y grilletes al cuál se le azota, pero esto no son más que meras fantasías de la esclavitud antigua, y reflejos de la contemporánea , o hace poco,  pasada. Pero lo cierto, es que desde que el hombre dejó su nomadismo, y se asentó en lugares que acabaron conformando sociedades, para más tarde, dar lugar a civilizaciones, comenzó la esclavitud del ser.

Y es de esta forma, con la que nace la esclavitud, o por lo menos su conocimiento, y es con la primera civilización de todas, Sumer, futura Babilonia, donde, los esclavos podían ser, o bien prisioneros de guerra, o bien delincuentes , endeudados o por último personas que libremente admitían su esclavitud. Los prisioneros de guerra y delincuentes, tenían como obligación trabajar para el pueblo, en distintas tareas publicas, hasta que sus pecados, delitos o crímenes de guerra se considerasen compensados. Los deudores y las personas libres que admitían la esclavitud, generalmente trabajaban para otros individuos para pagar sus deudas o para reunir una cantidad monetaria deseada. En todo caso, la esclavitud era generalmente, de carácter temporal, y muchas veces voluntaria y necesaria.

En Egipto, el fenómeno social se presentaba de forma muy parecida, aunque en la actualidad, la mayor parte de las personas consideren, erróneamente, lo contrario, en la época egipcia de mayor esclavitud, los esclavos no suponían ni el cinco por ciento de la población. De hecho, dicho fenómeno solo consta en el nuevo imperio y obedecía a las mismas causas que las sumerias. Se sabe, que a diferencia de lo que consta en distintos textos religiosos, las pirámides de Egipto fueron construidas a partir de contratos temporales de trabajo (“ esclavitud libremente aceptada “), con independencia de las creencias religiosas de sus obreros, dichos contratos se aplicaban de la misma forma a todos, no olvidemos que eran en las civilizaciones antiguas donde más se apreciaba y se respetaba el culto a otras religiones. Tanto Sumer, como Egipto, entendían la esclavitud de una forma y con una utilidad muy similar, por no decir idéntica, a como Moro la representaba en su libro Utopía.

Por último, llegamos a la anterior civilización que practicase correcta y adecuadamente la esclavitud, antes de que su posterior, la pusiera el nombre que le diera la gana y le diese una  forma completamente diferente. Se trata de la Grecia Clásica, por aquel entonces, las sociedades ya no eran tan agrícolas como las egipcias o las sumerias, si no que el desarrollo del comercio,  la artesanía y de otras actividades económicas, hicieron, que si bien la esclavitud siguiera adoptando la misma forma ancestral, tuviera un gran crecimiento y un rápido desarrollo. No obstante, el dmôs no era más que un trabajador, que trabajaba, ya fuese en la artesanía o en el campo o en otro sector, a cambio de una cantidad económica. Dicha cantidad económica, además era generalmente la mayor parte de lo que su trabajo generaba, y el resto se lo quedaba su “amo”. Solo podían ser amos, aquellos aristócratas que gobernaban el estado, que eran también los que decidían que actividades económicas eran buenas para el pueblo, también eran los hombres más sabios de sus respectivas polis, y sobre todo  eran filósofos, de ahí que diesen más importancia al progreso espiritual del hombre, que al material. Por otra parte, todo esclavo, podía llegar algún día a gobernar mancomunadamente con sus colegas de oficio, pues no era una dinastía o una relación sanguínea, lo que determinaba la posición del hombre, si no su sabiduría. 

De hecho, esta sociedad, se diferenciaba de las anteriores, en cuanto a esclavitud se refiere, en que no veían adecuado una posición de servidumbre por cuestiones bélicas, si no simplemente por la habilidad del individuo para la generación de valor social y para guiar a sus pueblos, era por eso, que todos no podían ser amos, y el resto lo entendía y lo aceptaba. Se trataba de un estado aristócrata y capitalista, donde dichos aristócratas solo intervenían en la economía para recaudar lo necesario para los servicios públicos y para decidir que sectores y actividades eran positivas para el hombre, y cuales no. Se dio quizás el progreso científico, en todas sus ramas, más apuntado de la humanidad, la educación pública más eficaz de todas las que ha tenido el hombre, y siempre era este, el que decidía ser esclavo y arraigar, quizás, fortunas o vivir al margen de estas.

Más tarde, después de destrozar y barrer del mapa a la civilización Etrusca, apareció Roma, siendo la anterior, uno de los pueblos de los que menos documentación se tiene. De esta civilización fuertemente helenizada heredó sus bases, y a penas, con mucha suerte, un atisbo de las bases clásicas. Estos, acostumbrados a someter a los pueblos europeos, más tarde africanos y asiáticos, transformaron la tradición esclavista hasta entonces conocida, ya el individuo no era libre para cambiar de amo cuando quisiera, ni tampoco para elegir la tarea laboral que más gustase, este era simplemente un bien de una persona, la cuál pudiera hacer con ella lo que quisiera, venderla, humillarla, pegarla, forzarla o liberarla. 

Pero no os asustéis todavía, amigos míos, pues esto solo fue la punta del iceberg, después de la caída del imperio Romano, llegó la Edad Media, y con ella, la época de menor conocimiento del Hombre, comenzó una era estamental, que si bien todo el mundo tenía que pagar impuestos injustificados para la desventura y vicios de los estamentos más altos, unos eran más afortunados que otros, pues si bien la burguesía tenía una plena libertad, eran los campesinos los que ni siquiera podían llegar a ser libres. ni cambiar de amos, ni de tareas, debido a su escasez de recursos. La esclavitud del hombre empezó a tener formas más efímeras, el hombre no comenzó y acelerar su esclavitud por tener una relación laboral, ni tampoco por tener un amo y mucho menos por ser el bien de alguien, el no era esclavo de nadie, el era esclavo de todos. La sociedad hace libre a los hombres, cuando les da la oportunidad para vivir de forma diferente al resto, para desobedecer a la normalidad, y no para someterse a esta.



La hipocresía religiosa, junto a esos estamentos, con complejos de superioridad, el fomento de la codicia e individualismo y la pérdida de la filosofía durante toda esta edad, dio lugar a la más espantosa esclavitud de todos los tiempos, que es la única de la cual tiene idea el hombre moderno. Tardarían lustros para que comenzasen las primeras grandes revoluciones, y rompiesen las esposas que les ataban a sus regímenes absolutistas, pasarían siglos hasta que comenzasen los primeros estados liberales, con sus respectivas políticas democráticas y como no, la falsa filosofía de la acumulación de capital. Se falseó la doctrina de Smith, considerando que la explicación regulatoria de los ciclos económicos, daba pie para el libre albedrío monetario, para la generación de sectores y trabajos superfluos, que en ningún momento enriquecían al hombres, si no todo lo contrario, pues le ponían los mismos grilletes que tanto había tardado, de nuevo, en romper.

Y algunos me dirán,-¿ y no es acaso la esclavitud contemporánea idéntica a la clásica ?- Pues no, es inversamente idéntica, pues mientras que en la clásica los soberanos velaban por la libertad, en esta se vela por la esclavitud,  mientras en una, uno se asentaba donde quisiera, pudiendo vivir como gustase, en esta solo te puedes asentar donde tu bolsillo te lo permite, y vivir como el resto quiere que vivas, como te dicen que vivas, o en último caso, como puedas vivir. Entre tanto, en la Atenas Clásica, los esclavos trabajaban para sus amos, en esta, son los “amos” quienes trabajan para la esclavitud, en la primera reinaba la filosofía del hombre, en la segunda la economía de este, en la primera estos eran autodeterminados, en la segunda son determinados, y a penas tienen elección, o capacidad para pensar  y vivir de forma diferente.







"Los hombres se fijan a sí mismos su precio, alto o bajo, según les parece, y cada uno vale el precio en que se estima. Valórate como hombre libre o esclavo, que esto no depende más que de ti."
Epícteto.



" Nadie puede considerarse libre si es esclavo de su propia carne."
Séneca.


" El dinero es una nueva forma de esclavitud, que sólo se distingue de la antigua por el hecho de que es impersonal, de que no existe una relación humana entre amo y esclavo."
Tolstói.




" La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad. Los obedientes deben ser esclavos."
Thoureau.


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