DE LOS SOFISTAS, DE LA FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA Y DE NUESTROS DEBERES.


Bienvenidos, Bienvenidos a mi era, a la era del consumo, a la era material, del egoísmo, de la avaricia,  del egocentrismo, de los prejuicios, de la hipocresía, del igualitarismo, de la esclavitud, de la alineación del individuo,. Bienvenidos a la era donde se confunde la libertad de elección, de expresión, del librecambismo con la libertad natural del individuo. Bienvenidos a la era donde los tiranos conceden lo que demanda la mayoría, lo que demanda el dinero, sin perjuicio de que esto todavía retroalimente más la vida sin principios de sus semejantes. Bienvenidos a la era donde el individuo se uniformiza ante el resto.

Bienvenidos a la era de masas. Dichosa era, consideramos erróneamente  que somos más libres que nunca, más diferentes y ricos que antes, pero en realidad resulta lo inverso. Todos poseemos un mayor número de bienes materiales y accedemos a estos más fácilmente, pero eso no implica ni la riqueza ni el progreso del individuo. ¡¡ Ohhh dichosa era !!! Era donde unos no se concilian con los otros, donde el único nexo de unión o de vinculación es el económico, dicho nexo, propiciado por motivos económicos que hace caso nulo a los valores, a las consecuencias y a los principios de los actos humanos.

Y encontramos numerosos sofistas, que nos indican que todo funciona adecuadamente, pero basta unos minutos de nuestro tiempo que dedicar para poder contemplar la barbarie humana, la destrucción medioambiental, los delitos sociales, la tiranía política, el suicidio, la psicosis, para asociar esto y muchos más fenómenos sociales, a la decadencia del ser y de sus sociedades.

Algunas personas, como el ilustradísimo Daniel Bell, llegan incluso a negar la racionalidad y evidencia empírica de la mayor parte de los textos filosóficos de toda la historia humana, alegando que simplemente se tratan de astucias pesimistas de unos cuántos seres inteligentes que se han sentido incomprendidos. Pero es que este señor, interpreta los textos como le da la real gana con el fin de justificar sus penosos libros. Déjame que le diga que lo más valioso que he podido encontrar en sus obras son las numerosas citas de magnánimos autores que posteriormente critica. Y es que espero, que este donde sea, me escuche cuándo le llame pérfido insolente. ¡¡ Oh pérfido entre pérfidos ¡¡ !! Vil Sofista!!¡¡ Rey de los despóticos !! ¡¡ Como un ser tan ilustrado con tan valiosa bibliografía puede escribir semejantes atrofidades !!.

¡¡ Ohhh mi astuto enemigo !! Cuando usted niega la obra de Gasset promoviendo que eso de la pérdida de autonomía, de la uniformidad del individuo no son más que una panda de sandeces, pretende justificar el mal con algo todavía mucho peor, y no solo eso, interpreta las cuestiones sociales y el pensamiento de sus contemporáneos de una manera superficial y desponzoñadora. El individuo no es más diferente hoy que ayer porque pueda consumir más bienes, ni siquiera por una mayor accesibilidad a estos, el individuo ha perdido su diferencia respecto al resto, pues tiene el mismo código moral y las mismas motivaciones que sus semejantes, y es que estas no son más que meras negativas y codiciosas payasadas. Cuando usted recuerda a Gasset, que la cultura actual está mucho  más enriquecida que la pasada, no entra en la idiosincrasia de esta, pues esta hoy se distribuye de una forma más asimétrica que antes, y si antes, los hombres cultivaban y gustaban del saber de  todas las ciencias, hoy ni siquiera saben de una, ni siquiera la estudian y practican por gusto si no simplemente por una especialización laboral y/o económica, y como las únicas interconexiones que existen entre unos científicos y otros son las económicas,  promueven el desarrollo de estas por aspectos monetarios y no sociales y/o morales. De que servirá una mayor cultura social, si el hombre es cada vez más ignorante. Por que no entiendes, la alineación del ser, su pérdida de autonomía, es que no comprendes, que al hombre se le inculca un modo de vida del que muy complejamente pueda salir o pueda discernir pensamientos diferentes para entender la fisionomía del ser.

¡¡ Ohh Vil Mezquino !! que logras ver que la ruptura cada vez más frecuente del amor entre un hombre y una mujer, es un aspecto positivo, y no trágico. ¡¡ Ohh grandioso manipulador !! que justificas las estructuras y pecaminosos problemas sociales con leyes económicas. ¡¡ Ohh Vil Sofista y ser Despreciable !! que te consideras un sociólogo por la realización de unos cuántos numeritos y distribuciones y explicas sus causas de una forma superflua y atendiendo solo a tus apoyos teóricos, y que ni siquiera has bien gastado un ápiz de tu vida entre tus semejantes, entre esas clases y sus respectivos problemas que tu pretendes comprender y explicar, los buenos sociólogos se caracterizan más por su habilidad social que por su numérica o científica. No comprenderás nunca la idiosincrasia social si no habitas y vives en cada una de sus partes.

Solo te otorgo completa razón, en que es verdad de que ha llegado el fin de las ideologías, en la que oriente abraza el estilo de occidente, pero dígame es acaso eso a lo que no se refería en parte Gasset. Pero amigos, no os asustéis, que todas las sociedades “  desarrolladas ” hayan abrazado dicha ideología no implica que todos los seres hayan perdido su perpetua libertad.

Por eso, yo os digo, hermanos y hermanas, que cultivéis las ciencias sociales, la filosofía, madre de todas ellas y la teología, reina de filosofías. Y yo os suplico, que no dudéis ni un atisbo en abrazar los textos sagrados, al margen de vuestras creencias y de vuestra fe, de que creáis en Alá, Yahvé, la Santa Trinidad, Buda, Tao, el Karma, la mano invisible de Adam Smith o nada, lo que ganaréis serán principios, moralidad y un buen conjunto de epopeyas con las que metaforizar el comportamiento del hombre, y podréis observar la razón de ser de estos códigos, cuando numerosas veces os muestren directa o indirectamente el camino humano, y el actual, y el porqué ante la predicción de este último, surgieron religiones en distintas sociedades con el fin de preservar la universalidad y humanidad del individuo.

Y entonces, una vez habiendo cultivado una estricta moralidad y valores, estaréis preparados para convertiros en seres nihilistas positivos, que no se sometan a ningún estado, institución y autoridad, siempre que se considere oportuno, siempre que consideréis malicioso para vosotros mismos y /o para el hombre. Estaréis preparados para la desobediencia civil, para negar el comportamiento de la inmensa mayoría y separaros del resto, para abrazar el anarquismo religioso y el anarcocapitalismo, para convertiros en seres divinos y virtuosos, pues vuestros comportamientos gozaran simultáneamente de ética y filosofía. Pero siempre que os comportéis de este modo, no violéis vuestros principios, comportaros de forma no violenta con todos aquellos que difieren de vosotros, a no ser que pretendáis no alcanzar nada y desatar la furia e ira de estos, y agravar sus pecaminosas consecuencias.

Y tampoco intentéis cambiar las instituciones políticas y los sistemas económicos, ya sean privados o públicos que hasta hoy se hallen implantados, pues intentad cambiar al hombre, pues será más fácil, eficiente y eficaz, no pequéis como Odiseo, que  pecó de ingenuo naufragando en mares cercanos a Hades, y que cuándo encontrándose entre demonios, hijos de los Dioses, llamados y conocidos como Escila y Caribdis, para evitar que su embarcación fuese demolida y absorbida por Caribdis pretendió vencer a la monstruosa hija de Poseidón Escila, la cual ante la osadía de Odiseo acabo con la muerte de este y de todos sus compañeros. No seáis necios y actuad más como el virtuoso y talentoso Ulises, hijo de Laertes, que no enfrentándose con ninguno de los dos monstruos, atravesó el cercano estrecho entre uno y otro, y pese a que gran parte de su embarcación fuesen devorados, el y unos pocos lograron sobrevivir y alejándose de dichas temidas bestias persiguió la tierra buscada.


Y si algún día, os ocurre lo mismo que a Ulises, es decir, que habiendo sobrepasado dichos peligros, alguno de vuestros compañeros, o vosotros mismos, traicionéis vuestros principios, de tal forma que enfurezcáis a Céfiro, haciendo de este su ira y el soplo de largos e intensos vientos que os arrastren a la imperante Caribdis, recordad que tal y como halló Ulises, encontraréis un  olivo de cuyas frondosas ramas poder agarraros, y que una vez la temida Caribdis espute el agua tragada podréis de nuevo emprender un nuevo viaje a vuestra tierra deseada. 



" La comunidad carece de soborno capaz de tentar al hombre sabio."
H.D. Thoreau.









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