DE LA TIRANÍA POLÍTICA. CRÍTICA 1




El día Miércoles 23 de Enero de 2013, se publicó en el diario Cinco días la siguiente noticia bajo el titular de  “ Soria se replantea los recargos por consumos en la factura de la luz, El ministro de Industria apunta a una reforma que revisará los costes del sistema. “.

La noticia viene a decir que el señor ministro de industria Soria se esta planteando corregir los peajes progresivos de la luz a cuestión de que se supone que su método de cálculo es erróneo y que como no, podría dar lugar a un Caos.

Por más que me cuestiono, no logro responderme como el señor Ministro y los suyos, tan virtuosos donde los haya, son capaces de errar en dichos cálculos. Mi ironía llega mucho más allá, cuando continúo leyendo la noticia y me admiro ante la satisfacción del señor ministro porque la tasa de crecimiento del déficit tarifario haya disminuido, es decir, no solo se siente obligado a hacer una reforma sobre otra reforma sin que esta anterior hubiese llegado a ser aprobada, si no que se contenta con decirnos que pese a que el déficit tarifario siga creciendo, lo hace a un menor ritmo, pero lo más gracioso de todo llega cuando reflexionamos acerca de este déficit tarifario.

Dichosas ficciones políticas, consuelo de tontos y orgullo de necios. Ya no es solo cuestión, de tener a una panda de tiranos, que manejan a una sociedad dócil a su antojo, sino el despojo y la falta de moralidad con la  que lo hacen. Nos dicen que nos subvencionan la luz, pero nos suben los impuestos progresivamente y cada vez de una forma más frecuente y rápida. Los ciudadanos no entienden, que si esa subvención de verdad existiera, sería más sencillo pagar menos impuestos por el consumo eléctrico, y que de verdad se trata de otra arma fiscal y otro instrumento de deuda estatal que lo único que hace es alargar el déficit estatal y la deuda soberana, con el presunto objetivo de no acelerar la inflación que como no al final paga si o si el consumidor. 

Considero la necesidad de una intervención estatal, y más, en estos tiempos, con economías tan sobredimensionadas y necesidades tan superfluas, que sinceramente creo, que espantaría a cualquiera digno de ello, incluyendo a Mill. Smith, Ricardo y como no Thoreau. Por lo tanto, ante estas dimensiones, se puede decir, que la Utopía de moro, La ciudad de la luz de Campanella, La de Dios de San Agustín o la propia República de Platón no son más que pequeños propósitos solo capaces de conseguir en ubicaciones y sociedades pequeñas y alejadas de este mundo occidental tan enfermizo y descontrolado, y en su defecto, en el individuo mismo, lo cual no quita que dicha necesidad de intervención se tenga porqué  aplicar a sectores supuestamente ya liberalizados y cuyas inversiones iniciales ya se han amortizado con sus respectivos intereses hace ya mucho tiempo, y que por lo tanto no provoque  la vergüenza de uno mismo ante estos despreciables soberanos.





Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?
Mateo 7, 15-16



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